Con el verano llega también la época en la que más viajamos por carretera. Salir de vacaciones y trasladarse a esos lugares que hemos elegido para descansar es la recompensa a un año de duro trabajo, pero también puede convertirse en una pesadilla si no tenemos en cuenta detalles como el buen estado de nuestro vehículo o un mal cálculo a la hora de salir de viaje.

Para poder viajar por carretera tranquilos también en verano, aquí van algunos consejos que nos permitirán llegar a nuestro destino con la seguridad de haber disfrutado del trayecto y sin disgustos:

MANTENIMIENTO DEL COCHE

Revisar el estado del coche siempre es necesario, pero en verano, hacer una puesta a punto de nuestro vehículo es la garantía de que no nos va a dejar tirados en la carretera en el peor momento.

Recuerda revisar el estado de los neumáticos, el líquido de frenos, los niveles de agua, aceite, etc., el funcionamiento correcto de las luces… Y para estar del todo seguros de que se ha comprobado a fondo la buena salud de nuestro coche, lo recomendable es llevarlo a un taller para que le hagan una completa puesta a punto.

CUIDADO CON EL EQUIPAJE

Lo ideal, como cantaba el poeta, es viajar ligero de equipaje, pero como sabemos que eso es difícil y que, al final, las maletas desafiarán la capacidad de tu maletero, es muy importante cargarlo asegurándonos de que no cegamos las áreas de visibilidad del vehículo, tanto en los laterales como en el parabrisas trasero. Además, es importante que no haya elementos sueltos que puedan salir disparados en caso de frenazo o accidente, con el peligro para la integridad de los pasajeros que eso supone.

Pero si quieres un consejo, viaja solo con lo necesario. No solo conseguirás que el coche vaya más ligero y tenga un mejor rendimiento en carretera, sino que todos los pasajeros viajarán con comodidad.

PLANIFICA TU VIAJE

Puede que el destino que hayas elegido para pasar tus vacaciones sea nuevo para ti. En este caso, es muy recomendable estudiar la ruta que vas a seguir antes de emprender el viaje. No lo fíes todo al GPS porque estos aparatos también pueden fallar. Y aunque no lo hagan, saber qué carreteras debes tomar, qué alternativas tienes si alguna de ellas está cortada o lleva excesivo tráfico, cuántas gasolineras encontrarás por el camino, las áreas de descanso, etc., pueden ayudar a que tu viaje sea realmente tranquilo. Incluso puedes estudiar esos lugares en los que hacer una parada turística, que es lo realmente placentero de viajar.

La planificación del viaje también supone saber cuáles son las horas punta del tráfico o las de más altas temperaturas para poder evitarlas. Si sales de viaje a primera hora de la mañana, cuando todos estén trabajando, o a última hora de la tarde, tendrás más probabilidades de librarte de los atascos. Igualmente, a esas horas la temperatura será más baja y te librarás de lo peor del calor. Lo ideal es que el interior del vehículo esté entre 21 y 23 grados, por lo que un buen aire acondicionado es fundamental para viajar sin morir de calor.

VISTE ADECUADAMENTE

Con esto no pretendemos hablar de protocolo ni de ningún tipo de dress code a la hora de viajar, pero ten en cuenta que cuanto más cómoda sea la ropa que vistas cuando vayas a conducir, más placentera será la experiencia. Opta por prendas que te permitan moverte con libertad, que ya tendrás tiempo de lucir tus mejores galas cuando ya estés en tu lugar de destino. Elige un calzado con el que puedas manejar los pedales con seguridad y es muy aconsejable llevar gafas de sol para evitar deslumbramientos, destellos y fatiga visual cuando el sol es intenso.

DESCANSO, PARADAS Y AVITUALLAMIENTO

El día antes de salir de viaje procura dormir bien y estar descansado. Es algo que parece obvio, pero no siempre cogemos el volante en las mejores condiciones de descanso.

Recuerda coger botellas de agua para mantenerte hidratado durante el viaje y no olvides hacer un descanso cada dos horas o a los 200 km cuando hagas trayectos largos. Estirar las piernas, cambiar de postura y respirar un poco de aire fresco contribuirá a mantenerte más despierto y con los sentidos más atentos a la carretera.

Si vas a parar a comer durante el viaje, aliméntate bien pero no comas copiosamente, así evitarás el amodorramiento. Y, por supuesto, nada de alcohol al volante.

Ahora que ya has recordado todo esto, solo te queda una cosa por hacer este verano: ¡Disfrutar!

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