No hay vuelta atrás. El futuro se dibuja en un escenario común para automóviles y otros medios de transporte. Por ello, los automóviles y las bicicletas están condenados a entenderse. Hay espacio para todas las opciones y todo lo que hay que hacer es acostumbrarse al progresivo cambio de paradigma y al equilibrio entre peatones, ciclistas y conductores de vehículos a motor.

Aquí van unos cuantos consejos para facilitar esa convivencia.

Si eres conductor de un coche, respeta escrupulosamente las normas. En caso de accidente, tú estás protegido por una carrocería, pero no ocurre así con el resto de componentes del tráfico rodado. Sé amable: ni los ciclistas ni los peatones son tus enemigos.

Ten en cuenta que los ciclistas pueden circular en grupos. Sencillamente sé paciente porque siempre habrá un momento para adelantar con seguridad. Mantén la distancia con ellos y realiza los adelantamientos a una velocidad lo menos agresiva posible.

¡Ah!, ten cuidado al abrir las puertas cuando te encuentres en ciudad. Si no eres precavido, puede sorprendas a un ciclista que llega próximo a tu vehículo.

Un consejo para los ciclistas: bajad de la bici cuando estéis en las aceras, por favor. Más allá de eso, tratad de circular por vuestro carril, respetad señales y semáforos y, sobre todo, permaneced visibles a cualquier hora. Ningún elemento reflectante está de más.

 

 

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