¿Para qué sirve una carretera, una autopista? La respuesta parece obvia. Pero desde hace ya unos años, los ingenieros y científicos están buscando otras formas de contestar a ese interrogante. Porque, además de para facilitar la circulación y el transporte, las calzadas pueden servir también para generar energía limpia.

La compañía turca Devici Tech lleva tiempo trabajando en el desarrollo de una turbina, a la que han bautizado como Enlil, que genera energía limpia con el tráfico de vehículos. Cada una de esas turbinas, afirman sus creadores, es capaz de generar un kilovatio de electricidad a la hora, cantidad de energía suficiente para abastecer dos hogares durante todo el día. Estos ingenieros colocaron sus dispositivos en las medianas de carreteras y vías en Estambul donde la circulación de vehículos es intensa, en especial aquellas por las que transitan autobuses, camiones y otros grandes automóviles. El aire provocado por el paso de estos vehículos, y también el natural, mueve las aspas de estas turbinas y lo transforman en energía eléctrica. De esta manera, afirman desde la empresa, las autopistas se convierten «en fuentes generadoras de energía limpia».

Enlil dispone de una placa solar para recoger la energía del sol y, gracias a su diseño modular, puede montarse y desmontarse en cuestión de minutos. Así, en tramos horarios donde el tráfico es intenso, podrían instalarse, y retirarse cuando esa intensidad circulatoria no sea tan grande.

Las aplicaciones de esta turbina pueden ser varias ya que tienen integrado, además, «un sistema Smart que permite añadir módulos como herramientas para medir los niveles de CO2, recogida de datos a través de su plataforma IoT, sistemas de gestión de tráfico, detección de terremotos y conectividad para vehículos autónomos». Por ello, resultan muy útiles también para crear mapas de contaminación en grandes ciudades y obtener datos meteorológicos que puedan ser aprovechados por ayuntamientos, estaciones de meteorología y centros de investigación.

Pero esta no es la única iniciativa para conseguir generar energía limpia a través del tráfico en las carreteras, lo que se conoce como Energy Harvesting System. Ya en 2012 el Instituto Technion e Innowatech en Israel idearon un dispositivo que obtenía electricidad a partir de la presión que los vehículos ejercían sobre la carretera al circular por ella. “Nuestros generadores están construidos con material piezoeléctrico”, explicaba en una entrevista de hace unos años el profesor Haim Abramovich, fundador de la Innowatech. “Se instala a unos 5 centímetros debajo de la capa superior del asfalto. La presión de los vehículos sobre ellas se convierte en electricidad que abastece las necesidades energéticas de la misma carretera”.

La generación de energía limpia gracias al movimiento de los coches supone también ventajas económicas. “Que cada farola, semáforo, señal o puesto de SOS disponga de su propio generador en la autopista, y que además este esté activado y alimentado de los propios vehículos al circular, elimina gran parte del coste [de producción], facilita su reparación (casi podemos hablar de un plug&play), reduce los costes de instalación y mantenimiento y avanza a favor del medio ambiente”, explicaba el periodista Marcos Martínez en un artículo publicado en 2016. 

Por otro lado, el impacto que estas turbinas pueden tener en el medio ambiente es bastante bajo. No necesitan invadir grandes extensiones de campo ya que se colocan en espacios inutilizados como son las medianas de las autopistas. Apenas generan ruido, sobre todo si lo comparamos con el del tráfico y los animales, en especial las aves, no correrían tanto peligro de resultar heridos por la baja velocidad de giro de las aspas. Y, para terminar, podrían incluso acabar con el tendido eléctrico actual de media tensión.

Cuando vuelvan a preguntarte para qué sirve una carretera, ya tienes otra respuesta: para generar electricidad.

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