Hace tiempo que las teles triponas pasaron a la historia. En los últimos años, aquellos aparatos gruesos y pesados han ido desapareciendo de los salones de muchos hogares para dar paso a las pantallas superplanas. Pero, ¿pueden tener una segunda vida útil nuestras antiguas teles?

 

Aunque librarse de los viejos televisores de tubo de rayos catódicos (TRC) no es tan sencillo como comprarse una tele nueva y llevar la vieja al punto limpio. El vertido de este tipo de aparatos trae consigo un importante desafío medioambiental debido a su elevado contenido en plomo, que choca con los planes de sostenibilidad marcados por las diferentes administraciones.

 

«Aunque este tipo de residuos está disminuyendo cada año, todavía quedan miles de toneladas de equipos de TRC por reciclar. Se estima que en todo el mundo, solo alrededor del 26% de los residuos de este tipo se recicla y el resto se deposita en vertederos sin recuperación». Así se recoge en la introducción del estudio publicado en 2020 por un equipo de investigadores de la Universidad de Córdoba, liderado por el catedrático Francisco Agrela Sáinz.

 

Soluciones ecológicas 

Una investigación que trata, precisamente, de dar respuesta a esta problemática medioambiental estudiando la viabilidad de combinar residuos de vidrio TCR con áridos reciclados mixtos (ARM) (esto es, material que procede de la molienda del escombro y que contiene yesos, cerámicas, estructuras de hormigón, piezas metálicas, madera o papel, entre otros) para su uso en obra civil. En concreto, para la construcción de carreteras al utilizar los materiales de televisiones antiguas

 

En la última década, son varios los estudios que se han realizado para investigar la posibilidad de reutilizar agregados de hormigón reciclado (ARC) y áridos reciclados mixtos (ARM) y obtener así una salida viable para los residuos de construcción y demolición.

 

«El objetivo de este estudio es investigar las posibilidades de aplicar ARM con residuos de TRC en un porcentaje reducido para evitar la posibilidad de lixiviación de elementos contaminantes (esto es, que los elementos contaminantes de los tubos sean liberados al pasar de sólido a líquido)», explica Agrela Sáinz.

 

Para ello, se realizaron varios estudios sobre mezclas de residuos ARM y TRC en diferentes proporciones, estudiando tanto el comportamiento mecánico del material resultante como su potencial como agente contaminante.

 

Los resultados de las investigaciones resultaron bastante satisfactorios a juzgar por la principal conclusión que se extrae de ellos: la combinación de ARM y los tubos de rayos catódicos en una determinada proporción da como resultado un material que puede ser utilizado como base y subbase de pavimentos viales, y estaría especialmente indicado para vías con poco tránsito.

 

«Los resultados muestran que el uso de vidrio en tubo de rayos catódicos como agregado al 10% obtuvo niveles satisfactorios de resistencia a la compresión y capacidad portante».

 

Y lo más importante: con un escaso coste medioambiental ya que los ARM son capaces de neutralizar la concentración de metales contaminantes de los tubos de rayos catódicos cuando se mezclan con estos.

 

Así que ya sabes, quizás dentro de no mucho tiempo tu coche y tú rodéis por una carretera fabricada a partir de tu antigua tele.  

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