Los coches eléctricos forman parte del futuro de China. O al menos así lo quiere el Partido Comunista del país asiático. La República Popular China tiene claro que el desarrollo tecnológico forma parte del futuro y como tal lo ha incluido en sus últimos planes quinquenales (2015 y 2021). En este último (vigente hasta 2025), además, dejan claro que parte de la estrategia económica del país pasa por el desarrollo de tecnologías que impulsen el crecimiento verde.

En este contexto, no es extraña la importancia que ya tienen los vehículos eléctricos en el gigante asiático. Con más de 7,8 millones de vehículos eléctricos vendidos hasta 2021, China es ya el líder en número de automóviles que no dependen de combustibles fósiles para moverse.

Sin embargo, a pesar de que las cifras absolutas suenen apabullantes (en la UE al completo se han vendido tan solo 5,6 millones de vehículos eléctricos hasta 2021), lo cierto es que China aún está lejos de lograr una elevada penetración del vehículo eléctrico en su sociedad. Del total de vehículos de los que se sirven los ciudadanos chinos para sus desplazamientos, únicamente un 2,6% son eléctricos. Aunque, a pesar de que los coches eléctricos en China aún representan un porcentaje muy bajo de los vehículos en circulación, en 2022 ya representan un 25% de todos los vehículos matriculados en ese país.

El partido de Xi Jinping sabe que el desarrollo de la tecnología y la industria de los vehículos eléctricos pasan por los esfuerzos del Estado chino. Por eso, de 2009 a 2020, puso en marcha un programa de subsidios para la compra de vehículos eléctricos para el transporte público de varias ciudades chinas. Las ayudas estaban sujetas a un requisito que mostraba el interés por el gobierno chino de desarrollar la industria de producción de vehículos eléctricos nacional: solo eran elegibles las empresas que poseyeran la propiedad intelectual de los vehículos que vendían.

Una de las empresas con mayor crecimiento en el mercado de los coches eléctricos en China, NIO, que comercializa vehículos eléctricos y, básicamente, le hace la competencia a la empresa del magnate favorito de internet Elon Musk, puede explicar su éxito en base al buen clima para la industria dentro del país. Además, la empresa china cuenta con una ventaja respecto a sus competidores internacionales y es que está respaldada por el sector público chino. En 2019, cuando la empresa estaba al borde de la bancarrota, recibió un préstamo de cerca de 1.200 millones de euros por parte de un gobierno municipal a cambio de establecer allí sus instalaciones.

A la vista de los buenos pronósticos que el mercado de coches eléctricos ofrece para el futuro, han sido varios competidores los que han aparecido en el mercado en los últimos años. A las empresas especializadas en vehículos eléctricos Xpeng y Li Autos, se unen empresas procedentes de otros sectores como el gigante tecnológico Baidu (el buscador líder en China) o el Uber chino, DiDi. El crecimiento del número de empresas productoras de vehículos eléctricos en China ha sido tal que se calcula que ya hay más de 300. Ya en septiembre de 2021 la evolución del mercado había convencido al gobierno de que es el momento de buscar la concentración. El propio ministro de Industria y Tecnología de la Información dijo que animaban al sector a buscar las fusiones entre empresas y la reestructuración del mercado.

Lo cierto es que la apuesta del mercado más importante del mundo por el vehículo eléctrico podría tener unas consecuencias muy serias para el panorama internacional. Ya en octubre de 2021, el Ministerio de Industria y Tecnología de la Información chino apostaba por que los vehículos eléctricos llegarían a representar un 50% de las ventas de vehículos en 2035. A estas alturas, las ventas de vehículos eléctricos en China ya superan las del resto del mundo en conjunto.

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