“Mujer al volante, peligro constante”. Durante décadas, se convirtió en el latiguillo que muchos automovilistas (masculinos, obviamente) soltaban con una media sonrisa al comprobar que al mando del vehículo al que estaban adelantando estaba una conductora. Pero el catálogo de dichos machistas que hacen referencia al binomio ‘mujer- coche’ va mucho más allá. Entre ellos destaca el famoso “¡Mujer tenías que ser!”, proferido a gritos, con la ventanilla bajada, a ser posible, para ser escuchado por la destinataria del improperio (tras realizar esta alguna supuesta pifia al volante, a ojos del emisor del mensaje). Para terminar con estas actitudes estereotipadas, nace una nueva campaña: #ellasconducen

 

Como escenarios donde transcurre la vida que son, calles y carreteras no son ajenas a esta lacra que durante siglos ha imperado en la sociedad y, que lamentablemente, sigue coleando en determinados ámbitos.

Durante demasiado tiempo las mujeres con carnet de conducir han arrastrado la injusta fama de malas conductoras. Datos como los que aporta la DGT respecto al porcentaje de víctimas de accidentes de tráfico, que en el caso de las mujeres es del 36% y en el caso de los varones asciende al 64%, explican por qué la catalogamos de injusta.   

El dato adquiere aún más peso cuando se compara con el número de mujeres con licencia para conducir, que durante las últimas décadas se ha ido incrementando hasta estar a un paso de la paridad: de los 26,6 millones de titulares con permisos de conducir en España en 2019, 11,2 millones son mujeres. Ya no vale eso de que «ellas tienen menos accidentes porque conducen menos que los hombres».

La responsabilidad de la mujer al volante también es superior a la demostrada entre los conductores varones. Según la memoria del Instituto de Toxicología y Ciencias Forenses en 2017, entre los fallecidos que dieron positivo a alcohol, drogas o psicofármacos, por cada mujer conductora hubo 11 conductores varones.

Una realidad que también queda recogida en estudios de investigación como Mujeres conductoras en España, de INSIA y la Cátedra Barreiros de la Universidad Politécnica, donde se concluye que las mujeres son más respetuosas con las normas de circulación, especialmente con las relativas a velocidad y consumo de drogas y alcohol.

Ana Carrasco, piloto de motociclismo

El carnet de conducir, un paso más hacia el empoderamiento 

Entonces, ¿por qué las mujeres siguen cargando con el sambenito de malas conductoras? La pregunta se la hicieron hace unos años en Midas, compañía especializada en el mantenimiento del coche y de la moto. Y fruto de esa reflexión surgió la campaña #EllasConducen, puesta en marcha con la colaboración de la DGT, la ONG Ayuda en Acción y con la piloto Ana Carrasco como madrina.

El objetivo de esta iniciativa es el de “romper con todos los estereotipos de género asociados a la conducción y que día a día continúan reproduciéndose a nuestro alrededor”, en palabras de la directora de marketing de la compañía Patricia Suárez.

Un propósito que, en este caso, se materializa en la ayuda real y directa a mujeres en situaciones complicadas o con pocos recursos a las que el mero hecho de sacarse el carnet de conducir puede suponer un gran paso para lograr nuevas oportunidades laborales.

De izda a dcha: María José Aparicio (DGT), Ana Carrasco, Marta Marañón (Ayuda en Acción) y Patricia Suárez (Midas)

“Con estos carnets de conducir, las mujeres que participan en el proyecto no solo van a ganar en autonomía, confianza y autoestima, sino que van a poder acceder a más y a mejores oportunidades. Hay empleos algo más cualificados que requieren tener permiso de conducción. Esto puede suponer un gran cambio en la vida de estas mujeres y de sus familias”, afirma Marta Marañón Medina, directora de Relaciones Institucionales de Ayuda en Acción.

En el marco de la campaña #EllasConducen de 2021, serán cinco las mujeres, todas ellas de Alicante, las que podrán sacarse el carnet de conducir. Han sido seleccionadas dentro del proyecto Mujeres en Acción, de Ayuda en Acción, desde el que la ONG fomenta la empleabilidad, la integración y el empoderamiento de mujeres que se encuentran en situación de vulnerabilidad. Estas cinco mujeres ya han comenzado a dar sus clases en una autoescuela de la capital alicantina.

Por una movilidad más sostenible

Este año, la iniciativa #EllasConducen ha querido analizar y recopilar los hábitos y preocupaciones de las mujeres conductoras de las principales ciudades españolas (de más de 300.000 habitantes) a través de su estudio Ellas Conducen por la Ciudad.

Entre las conclusiones extraídas destaca que el 52% de las encuestadas cambiaría su modo de transporte habitual por uno sostenible. El coche híbrido y la bicicleta son los medios de transporte preferidos por los que estas mujeres apostarían a la hora de lograr ese viraje hacia la movilidad sostenible.

Pero este deseo choca con la realidad. Porque solo el 12% de los españoles utiliza actualmente opciones de movilidad sostenible para moverse por la ciudad. Y, de hecho, esta práctica está más extendida entre hombres (15%) que entre mujeres (10%).

El estudio también recoge la opinión del 56% de las españolas que consideran que en sus ciudades no se toman las suficientes medidas para reducir la contaminación. Las alicantinas (53%) y las cordobesas (52%) son las que lo creen así en un mayor porcentaje.

Resulta destacable el hecho de que solo un 5% de las encuestadas reconoce utilizar bicicleta o patinetes para sus desplazamientos urbanos. El 65% de estas argumentan no hacerlo por no sentirse seguras al mando de uno de estos vehículos.

En cuanto a los cambios de hábitos de movilidad derivados de la pandemia, el 43% de las encuestadas reconoce que evita más el transporte público; el 28%, que utiliza más el vehículo particular y el 28%, que solo va a sitios donde se puede ir caminando.

Las murcianas (50%), seguidas de las sevillanas (32%) y de las madrileñas (31%) son las que reconocen recurrir más al vehículo particular en los últimos meses.

Artículos relacionados