Menos contaminación. Menos ruido. Más tranquilidad colectiva. Reducir la circulación en los núcleos urbanos, potenciando la movilidad sostenible,  persigue no solo un beneficio medioambiental, sino que las ciudades sean más agradables para los peatones. «Que haya menos coches contaminantes, que las plazas de aparcamiento en superficie se usen para ampliar las aceras para peatones. Más peatones y bicicletas y menos coches». La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, resumía así el propósito del plan de su consistorio con el que se pretende reducir al mínimo el tráfico en el centro de la ciudad.  Estamos ante una tendencia al alza, la de limitar o restringir el tráfico en el centro de las metrópolis, para alcanzar una nueva movilidad urbana.

Bangkok

Como se pudo comprobar en el Foro Económico Internacional de febrero de 2017 (www.weforum.org), París, Oslo, Hamburgo, Copenhague, Atenas, Londres y Bruselas son algunos referentes europeos en la aplicación de estas medidas, ejemplos de movilidad urbana,  así como Chengdú (China), Vancouver (Canadá), Ciudad de México o Nueva York (EEUU) destacan lejos del viejo continente por su movilidad sostenible. En apenas un lustro, vivir sin coches en el corazón de la urbe será una realidad en varios lugares relevantes. En este sentido, como reflexiona para Abertis el director de El Mundo Ecológico, Antonio Quilis, urge concienciar “a todos los actores que componen la red de transporte para adoptar modelos de movilidad sostenible. Está claro que al particular se le debe educar en utilizar el transporte público y las Administraciones deben facilitarlo”.

 

“A las empresas hay que incentivarlas en el uso de alternativas limpias para favorecer la movilidad sostenible y mejorar la movilidad en la ciudad, de modo que se implanten flotas de vehículos con cero emisiones y se busquen soluciones al reparto de mercancías. Un factor clave sería impulsar la ciclologística”, apostilla.

Madrid

Habitualmente se recuerda la Propuesta de investigación para una ciudad sin automóviles, de Fabio M. Ciufini, que apuntaba ya en los años 90 cómo una metrópolis sin coches, con una movilidad más sostenible, resulta más apacible y eficiente tanto económica como socialmente. Sí, muy pronto y en muchos sitios, las bicicletas no solo serán para el verano.

Escribe: Jorge G. Palomo

Artículos relacionados