Es ley de vida. Los kilómetros rodados pasan factura a nuestros neumáticos. El inevitable proceso de deterioro, no obstante, puede acelerarse por otros factores como:

. Circular por carreteras de montaña o en mal estado.

. Una presión de los neumáticos inadecuada.

. Las inclemencias meteorológicas.

. Portar una carga excesiva.

. Conducir de forma brusca o agresiva.

Pero incluso si somos de lo más cuidadosos con las gomas de nuestras ruedas, cada cierto número de kilómetros o pasado determinado tiempo toca cambiarlas. Este trámite genera cada año más de 1.000 millones de neumáticos usados en todo el mundo, según datos del Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible.

 

Un verdadero problema medioambiental si se tiene en cuenta que, según TNU (Tratamiento de Neumáticos Usados), un neumático tarda más de 1.000 años en descomponerse.

 

La problemática se cierne especialmente en países donde el reciclado de neumáticos es aún residual. En el caso de México, se desechan más de 40 millones de toneladas al año, de las cuales solo se reutiliza un 10%. El resto, acaba en vertederos, calles y ríos. Con la normativa aprobada hace unos años por el Gobierno del país norteamericano, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales espera incrementar el volumen de neumáticos reciclados y superar los 14 millones de toneladas en los próximos años.

Muy diferente es el caso de Estados Unidos, donde se recicla cerca del 90% de los neumáticos en desuso.

En España, TNU recogió 83.816 toneladas de este material en 2019. En términos de sostenibilidad y cuidado del medio ambiente, TNU asegura que esta gestión ha permitido dejar de emitir a la atmósfera más de 3.426 millones de kilos de CO2, ahorrando además más de 1.097 millones de litros de petróleo y 91.694 millones de litros de agua.

 

Los componentes (caucho, fibra textil y acero) de más del 40% de todos esos neumáticos se aprovechan para nuevos usos, entre ellos:

 

. Asfalto. En los últimos años se ha popularizado el uso de asfalto fabricado a partir de polvo de caucho mezclado con otros materiales debido a su gran resistencia. Otra de sus grandes ventajas es su capacidad de absorción del ruido. Algunos estudios calculan que la reducción del ruido generado por el tráfico de vehículos respecto a otro tipo de asfalto podría estar entre los 4 y los 5 decibelios.

 

. Pavimentos para parques infantiles y canchas deportivas. Muchos de los suelos de los recintos lúdicos para niños están fabricados a partir de caucho reciclado, precisamente por su elasticidad y por su capacidad de amortiguación ante las posibles caídas de los más pequeños (nada que ver con el suelo de los parques en los que jugábamos los niños de hace unas décadas).

 

. Combustible. Su alto valor calórifico ha sido el que ha propiciado que la industria cementera se fijase en los neumáticos como combustible para la formación de clínker (cemento sin moler). Según la Comisión Europea, el uso de este tipo de residuos como combustible en cementeras es una práctica eficiente que reduce las emisiones de CO2, los costes energéticos y da una solución ambientalmente correcta para los residuos.

 

. Suelas de zapatos. Hace ya unos cuantos años que la empresa malaya Green Rubber Inc. patentó un proceso, denominado DeLink, que permite la desvulcanización del caucho usado. Gracias a él, el material procedente de neumáticos puede reutilizarse para la fabricación de productos tales como suelas de zapatos. Marcas como Timberland ya lo han incorporado a algunas de sus colecciones, basándose en estudios como el de Malcolm Pirnie, según el cual, el uso de 4,5 kg de caucho reciclado en lugar del virgen puede ahorrar a la atmósfera hasta 37,2 litros de emisiones de CO2

  

. Césped artificial. Si juegas al fútbol en campos de césped artificial o tienes en casa alguien que lo haga, seguro que te has encontrado montones de pequeñas bolitas negras pegadas a las botas. Están hechas de caucho reciclado. Este tipo de campos reproducen las prestaciones de un campo de hierba natural y reducen el número lesiones de los jugadores, por lo que resultan más cómodos que los de tierra.

 

. Techos. Además de superficies o suelas, el caucho de los neumáticos también puede encontrarse en los tejados de algunos inmuebles. Las tejas fabricadas a partir de este producto son más ligeras que las tradicionales de cerámica u hormigón, además de contar con numerosas propiedades como su impermeabilidad y su resistencia frente al frío y a todo tipo de inclemencias climatológicas.

 

 . Guardarraíles. Los guardarraíles recubiertos de caucho cuentan con una doble ventaja. Por un lado, además de evitar que los vehículos salgan despedidos de la carretera, pueden llegar a absorber buena parte del impacto. Además, al cubrirlos, evitan las graves lesiones que el metal de los guardarrailes convencionales pueden llegar a producir a motoristas y ciclistas.

 

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