El del turismo ha sido, sin duda, uno de los sectores más afectado por la crisis del coronavirus. Hoteles, líneas aéreas, establecimientos de hostelería, museos… Durante meses, los cierres de este tipo de negocios ha tambaleado a la industria que, según datos de la Organización Mundial de Turismo, podría perder hasta cerca de 406 mil millones de euros (450 mil millones de dólares) en 2020.

Toca reinventarse. Además de adoptar estrictos protocolos de higiene que garanticen la seguridad de los viajeros, las empresas del sector tendrán también que buscar nuevos nichos y oportunidades con las que remontar.

En declaraciones al diario La Vanguardia, Benet Maimí, profesor del doble grado en Turismo y Administración y Dirección de Empresas del TecnoCampus, apuesta por viajes de interior y de proximidad, y por un turismo menos masificado como soluciones más factibles para la recuperación de la industria a medio y corto plazo. «La gente priorizará el transporte individual al transporte público. Ahora valoraremos más un paisaje de la Garrotxa o de la Cerdaña», añade.

El de 2020 se intuye como un verano en el que los viajeros optarán en su mayoría por no salir de su país. Principalmente por la incertidumbre y miedo que genera el virus, pero también por los presupuestos más ajustados debido a los estragos causados por la pandemia en las economías domésticas. El coche particular se atisba como la principal opción en cuanto a medio de transporte se refiere.

Explotar al máximo todas las posibilidades que ofrece un viaje por carretera será una de las prioridades de estos viajeros. Y la autocaravana puede ser una de las alternativas más socorridas.

«Ahora, con la crisis sanitaria que vivimos, la autocaravana es una de las mejores opciones de vacaciones por seguridad e independencia. Dispones de distanciamiento social necesario y las medidas sanitarias son las mismas que las que cualquiera tiene en su casa, ya que tu autocaravana es tu propia casa con tu cama, tu salón, tu cocina, tu baño… No necesitas nada ni a nadie», nos explica Raúl Vaquero, gerente de ASEICAR, asociación española de la industria y comercio del caravaning.

Según Vaquero, en los últimos años el sector viene experimentando un continuo crecimiento: «En 2019 se matricularon casi 25 autocaravanas y camper al día. La gente, cada vez más, demanda ofertas vacacionales sin prisas ni horarios, sin ataduras de ningún tipo, en contacto directo con la naturaleza».

Dentro de Europa, Alemania, con unas 533.000 caravanas en uso, lidera el ranking de países más afines a este tipo de escapadas, según datos de Stadista, extraídos, a su vez, de los aportados por las distintas asociaciones que conforman la European Caravan Federation. Al país germano le siguen Francia y Gran Bretaña. España es el undécimo país en esta lista.

La asociación, de cuya gerencia se encarga Raúl Vaquero, lleva años reclamando a las distintas administraciones el aumento de áreas de servicio para autocaravanas con el fin de fomentar este tipo de turismo en España: «Queremos que se le empiece a dar el mismo valor al caravaning que en países de primer orden internacional, como Francia o Alemania», explicaba en una nota de prensa el presidente de ASEICAR, José Manuel Jurado.

¿Podría ser 2020 el de consolidación de este tipo de viajes tanto en España como en el resto de Europa? Se lo preguntamos al propio Vaquero.

«Sí, ya está ocurriendo. Poco a poco estamos recibiendo muchas reservas y probablemente nos va a ocurrir lo mismo que el año pasado, que la demanda supere a la oferta que tenemos.

»Actualmente contamos con unos 5.500 vehículos de alquiler que permiten desplazar a 22.000 viajeros (4 por vehículo). Teniendo en cuenta que cada uno de estos vehículos se alquila una media de 120 días al año, estamos hablando de más de 2.640.000 pernoctaciones anuales. Unos 150.000 vehículos recorren cada verano nuestras carreteras, o lo que es lo mismo, desplazan a 600.000 turistas. La ruta media viene a ser de 17 días con un gasto de 150€ diarios en gasolina, lugares de pernocta, pequeños comercios, restaurantes… ».

«Si es cierto –añade– que dentro de este bum nos preocupa el alquiler de autocaravanas entre particulares, ya que el estado del vehículo, la sustitución en caso de avería, las coberturas de los seguros ante un siniestro… no son las mismas que las que puede proporcionar un establecimiento profesional».

¿Existe un perfil (más o menos definido) del usuario de este tipo de vehículos?  

Hasta hace unos años era mayoritario el cliente senior, matrimonio jubilado o prejubilado con mucho tiempo libre. Ahora cada vez son más las familias con hijos las que compran una autocaravana o caravana para sus vacaciones anuales, o incluso quien las alquila para un simple puente o fin de semana. Por ejemplo, las campers se están convirtiendo en un auténtico fenómeno para parejas deportistas y aventureras que practican montañismo, surf, escalada…

¿Cómo se está garantizado la seguridad de los viajeros de autocaravanas?  

Hemos dotado a nuestras empresas de un protocolo higiénico-sanitario que pretende proporcionar a clientes y trabajadores la máxima seguridad contra el covid-19. Las empresas que se comprometen a su cumplimiento reciben el sello comercial Caravaning Anticovid.  

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